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jueves, 24 de septiembre de 2015

Reforma Protestante y Contrarreforma Católica

A continuación encontrará una lectura que nos ubica en el contexto en el que Lutero propone las 95 tesis que cuestionaron la situación de la Iglesia católica en el siglo XVI.
El "costo" de las  indulgencias: El Papa León X (en realidad Giovanni de Medici, 1475-1521) fue uno de los pontífices más derrochadores, con diferencia, del Renacimiento y ha pasado a la historia del arte como generoso mecenas de Donato Bramante y Rafael.
Asimismo las costosas guerras en las que participó y su debilidad por el lujo y la opulencia, así como el mantenimiento de sus innumerables protegidos, consumían grandes cantidades de dinero, de manera que siempre se encontraba inmerso en una desenfrenada búsqueda de nuevas formas de conseguir financiación.
Cuando se hizo cargo de la construcción de la basílica de San Pedro de Roma, un proyecto que estaba destinado a devorar cantidades inmensas del preciado metal, le vino en mente un negocio extremadamente lucrativo que ya había puesto en práctica su predecesor, Julio II, pero que todavía podía ser perfeccionado: la venta de indulgencias. Las indulgencias, según la doctrina de la iglesia católica, consisten en la «remisión de la pena temporal» por los pecados cometidos a través de la realización de ciertas acciones como la oración o las buenas obras.
Sin embargo a finales del siglo XII la concesión de indulgencias se había convertido en gran medida en un privilegio del papa que utilizaba para mejorar sus finanzas y durante la Edad Media se instauró dentro de la jerarquía eclesiástica el conocido como «negocio de las indulgencias». Por aquel entonces los clérigos se dedicaban a conceder indulgencias a cambio de dinero y afirmaban estar en condiciones de perdonar los pecados sin necesidad de que existiera un arrepentimiento del pecador llegando incluso a otorgar indulgencias por adelantado en previsión de futuras faltas.
Los predicadores de indulgencias recorrían los pueblos y ciudades ofreciendo sus servidos como si fueran barberos o limpiabotas. Uno de los más «famosos» fue el monje dominico Johannes Tetzel que, gracias a su facilidad de palabra, fue designado directamente por el pontífice para esta labor y que popularizó el pareado:
«Tan pronto como una moneda en los cofres suena,
un alma del purgatorio escapa de su pena. »
Muy pronto se demostró que el pontífice había acertado de pleno: el negocio de las indulgencias resultó extremadamente rentable. Los fieles creían que con su dinero podían limpiar sus almas y que las ofrendas económicas servían para complacer a Dios. Las monedas de oro y plata debían ser trasladadas a Roma en pesadas cajas, pero, como dice un refrán popular: más vale prevenir que tener que lamentar.
A nadie se le había ocurrido pensar en las consecuencias que esta práctica podía acarrear a la larga y, dada la situación, no tardó en aparecer alguien que se rebeló contra esta costumbre de poner precio a los pecados y vender el perdón: el monje agustino Martín Lutero.
El treinta y uno de octubre de 1517 publicó en Wittenberg (Alemania) sus Noventa y cinco tesis contra la venta de indulgencias y el dogmatismo religioso desencadenando con ello la Reforma Protestante, un gran cisma en el seno de la iglesia que desembocó en la guerra de los Treinta Años. A León X, que desdeñó las actividades de Lutero considerándolas «la pataleta de un monje», no tuvo ocasión de presenciar la derrota de la Iglesia católica, pues la muerte le sobrevino en 1521.

 

 


La Contrarreforma Católica
Después de 1521, el Papado comenzó a realizar una serie de reformas para mejorar la organización interna de la Iglesia Católica. Se establecieron reglamentos muy estrictos para las órdenes religiosas tradicionales. En 1540 se autorizó la creación de la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola sobre la base de dos principios: la obediencia absoluta al Papa y la estricta aceptación a los principios de doctrina dictados por la Iglesia de Roma. Los jesuitas se convirtieron en el principal apoyo y defensa del nuevo catolicismo.
En el Concilio de Trento (reunido entre 1545 y 1563) los obispos católicos reafirmaron los dogmas de fe que habían sido puestos en duda por Lutero, crearon centros destinados a la formación de sacerdotes y reconocieron al Papa como la autoridad superior de la Iglesia Católica. Aprobaron también el restablecimiento del Tribunal del Santo Oficio, conocido como la Santa lnquisición. Encargaron a esta institución, que existía desde siglos anteriores, controlar y garantizar la pureza de la fe católica de los creyentes y de aquellos que se convertían al cristianismo. Y también, la realización del índice de los libros prohibidos para la lectura de los católicos, por contener afirmaciones contrarias a la fe. Este movimiento fue llamado la Contrarreforma católica porque se propuso limitar el avance de la Reforma protestante.

3 comentarios:

  1. PROFE ME PARECIO SUPER BIEN EL TEMA Y PUES COMO ESTAMOS VIENDO LOS ARTISTAS LAS CREACIONES DE LOS ARTISTAS PUES ME GUSTARIA QUE VIERAN ESTE VIDEO http://www.natgeo.tv/ar/videos/view/21003583-los-expedientes-antiguos-x--el-detective-del-arte

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  2. Laura Camila Vivas saavedra 702 jm
    profesora este tema me parecio interesante ya que la iglesia abusaba de sus creyentes diciendo le daba dinero le quitaba un pecado , y que tenia que haber absoluta obediencia al papa y estoy de acuerdo contra la reforma protestante en algunos aspectos como que no se podia leer lo del indice de los libros prohibidos si eras cristiano me parece injusto. entendi que la iglesia en la antiguedad abusaba de sus creyentes y que solo buscaba riqueza

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  3. Danny Alejandro Méndez Carrasco 703 JM
    El tema me pareció importante porque nos hace entender mejor el mundo en la antigüedad a comparación del mundo de ahora ,siendo esta información de gran utilidad si la sabemos interpretar y si no nos gane la pereza

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